Muro de Oscuridad

Nueva entrega de las Crónicas de Barathrum, campaña en dichas fantásticas y lejanas tierras, llenas de traición y tiranía ¡pero también honor y gloria!

Crónica

Una vez reducidos a los seres mitològicos, Oh-Chul y un entusiasta Lüd proceden a interrogar al Goblin Jefe, que, valièntemente, en un primer momento, niega a brindar información relativa a quien trabaja, pero luego de que Lüd le cortara un dedo del pié, su lengua empezó a correr como canica por barranco. Les comenta que todos esos pequeños seres trabajan para Orok Jüil pero no conoce el motivo del túnel.

Siguen por el oscuro túnel a lo desconocido. Se topan con una abertura lateral que resulta ser un pañol abandonado con algunos barriles que prontamente se disponen a revisar. Lüd encuentra una piedra translúcida verde. El resto del grupo se aprovisiona de cuerdas y elementos de excavación.

Continúan transitando por la oscuridad, ese elemento carente de sustancia pero que tanto afecta a los pobres que no pueden ver a través de ella. Oh-Chul hace gala de su visión nocturna y ejerce de punta de lanza siendo acompañado por alguien más del grupo con una linterna, usualmente Lüd. Luego de unos cuantos cientos de pasos, se topan con una leve pendiente, que al subirla, encuentran a Goblins moviendo y llevando de aquí para allà carros vacìos o con escombros. Toman la oportunidad para averiguar donde es la descarga de la tierra excavada y de paso interrumpir el monótono diálogo de los pobrecillos con su pesada carga, desorganizando el ciclo casi militar de carros que llegan y se van. Luego de unos ataques resueltos fàcilmente, encuentran que a otros cientos de pasos, por un túnel lateral, escombros son expulsados por un acantilado a pocos metros debajo de las calles de Caspia.

Derio escucha algo particular. Pasos de seres que se aproximan pero no con la misma cadencia que los carros, sino más decididos y fundamentalmente, varios. Son un pequeño grupo de Hobgoblins con sus esclavos más pequeños que fueron despachados para averiguar el motivo del retraso en la llegada de los carros vacíos. Son despachados sin ninguna dificultad, dándose uno de los Hobgoblins por vencido para salvar su vida, a lo que Wolf prontamente ata.

Continùan su viaje por el sendero principal, cuando otra vez, encuentran una habitaciòn lateral. Esta vez Lüd toma la iniciativa, entrando de forma casi relajada a explorar esa habitación particularmente bien iluminada equipada con un escritorio y artículos de escritura. Siente un fugàz pinchazo en su espalda reaccionando ràpidamente con una estocada mortal al cuello del ser que decapita. Otro Goblin, pero este presentaba una fisonomìa distinta al resto, con pequeños y delicados lentes circulares con marco de alambre que Oh-Chul se apresura a capturar y consultar por sus vanidades

Apresuran el ritmo, ya hartos de la situación y quizás algo confiados por la facilidad de los enfrentamientos hasta el momento. Oh-Chul detecta más seres con sus carros, esta vez hasta el final del tùnel. Los pequeños que descansaban avizoran al descuidado grupo y dan la señal de alarma. Oh-Chul y Lüd cargan heroicamente, sin saber que pasado otra habitación. Oh-Chul descarga su sed de sangre con el inocente Goblin que lo delató, incrustando en su escudo y enarbolando como bandera de lo que sucederá luego. El resto de los seres dejan todo lo que estaban haciendo y entran en pánico, situación que es aprovechada tácticamente por el grupo para despachar a mejor vida alguno de ellos.

Mientras tanto, Derio y Wolf que se encontraban en la retaguardia son interceptados por un grupo de HobGoblins y su Capitán, que les da órdenes tácticas para incrementar su eficiencia. El combate es especialmente duro para Wolf en un comienzo y resiste apelando a su frenesí bárbaro. Mientras Oh-Chul ensaya sus dotes ingenieriles e intenta encontrar una forma de derrumbar el túnel, Lüd da una mano a sus camaradas en apuros. El combate es intenso y brutal, cuerpo a cuerpo, con agarrones y abusos de ambos lados, sin cuartel. El punto de quiebre se sucede con los Guantes de Fuego de Derio que utiliza con sus habilidades marciales para convertir en ceniza al Capitán y uno de los suyos, siendo el resto de los seres derrotados también.

Experiencia