Un Dilema Moral

Nueva entrega de las Crónicas de Barathrum, campaña en dichas fantásticas y lejanas tierras, llenas de traición y tiranía ¡pero también honor y gloria!

Crónica

13 de Goch del 1308 DGGP

Acorralados, los aventureros deciden afrontar su destino. El bardo lanza un conjuro de ilusión para simular una puerta al final del pasillo donde se encontraban y abre la puerta principal, dejando pasar a un número de guardias para luego trancar la misma y rápidamente lanzar un conjuro de dormir. Mientras tanto, el cruzado intenta atacar a siniestra, detrás de la ilusoria puerta, al desprevenido oficial de guardia que esta sorprendido ante una puerta etérea e inicialmente falla. Algunos guardias sucumben al encantamiento y caen en un plácido sueño mientras el oficial resiste, aumentando su confusión con los acontecimientos. El bardo ante dicha situación ataca al oficial de la guardia blandiendo un rapierazo que salpica de sangre las paredes de túnel tal cual artista plástico en su obra macabra, mientras que el cruzado da el golpe final con un martillazo a la cabeza. Una vez vencido el oficial, el bardo decide acabar con los que estaban durmiendo, cortando sus cuellos y sellando su pasaje al otro mundo. El pasillo es un río de sangre que escurre hacia la calle y hace difícil que los aventureros se desplacen.

El bardo nuevamente abre la puerta y para distraer a los guardias que se encuentran a continuación, decide disparar con su ballesta a una inocente transeúnte que tenía a su hijo en brazos. Esto surte ningún efecto de distracción, todo lo contrario, la multitud se dispersa al grito de ¡asesino, asesino! y uno de los guardias, al ver la sangre fluir de la casa y los cadáveres dentro, decide ir a por refuerzos. El cruzado arremete contra uno de los guardias y por detrás, de entre la multitud exaltada y cobarde, el ladrón clava su arma en la espalda del guardia cayendo con él. A todo esto, Coco, el asistente personal del mercader, es también asesinado.

El bardo, cruzado y elfo se dirijen a toda prisa a la librería de Caspia, donde un Otto Rotto sorprendido por lo sucedido les da la recompensa de 5 po a cada uno mas la parte correspondiente al enano y ladrón. En vista de su apariencia, les recomienda discreción y ofrece una salida alternativa.

El enano, que luego de revisar una vez mas la oficina del mercader en busca del tomo, encuentra un escenario apocalíptico, digno de sus peores batallas. Una vez que pone a salvo la mujer herida, decide ir a la Estación Central de la Guardia Citadina a reportar a sus “valerosos” compañeros. Luego de esperar un buen rato, el Capitan Gabriel Femto toma declaración al enano, descreyendo lo que oye.

Mientras tanto, el elfo decide ir a curar sus heridas, descansando hasta el anochecer. Una vez que sus heridas sanan con ayuda de agua de un pozo cercano, se apresta a asaltar un lujoso carruaje en dirección a Caspia. Sigilosamente ataca con su arco al desprevenido chofer, que, herido, choca el carruaje contra un árbol. Los ocupantes del mismo, una pareja de mediana edad en ropas elegantes, salen apresuradamente, sin comprender lo que sucede. El elfo avanza sobre el desprevenido chofer que es tomado prisionero y utilizado para chantajear a los nobles. En vista de cierta falta de “cooperación” por parte de los distinguidos personajes, el elfo termina cobárdemente con la vida del chofer. Ante esto, la pareja entrega sus valores y el elfo se escabulle entre las sombras.

Experiencia